viernes, 25 de julio de 2008

El cuento de 3ºB

Este relato que leerán, ha sido inventado por muchos alumnos del 3ºB de San Francisco de Asís.
La idea fue mía, yo le di el comienso, también el final.

Había una vez una pequeña niña que consumía mucho LSD. Cada vez que comía una pepa, se sumergía en los más maravillosos mundos que podrían haber existido. Hasta que un día, le sucedió algo que le enseñaría a no drogarse nunca más: Bajo los efectos de la droga, violó a su hamster. Si, estaba muy drogada y flasheó que su hamster era el Puma Rodríguez, por lo que en medio de su mal viaje, violó al pobre animalito hasta causarle la muerte.
No obstante esto, decidió ir a su puntero de cabecera, al cual le pidió que le diera una nueva droga, algo que nunca haya probado, algo que causara efectos nunca antes vistos. Pero como el trans no tenía, le dio un 25, y la otra que seguía re drogada, pensó que era una nueva droga. Fue hasta su casa tranquila, desmorrugó los 25 gramos y se los fumó. Estaba loquísima, pero se dio cuenta que no era lo que necesitaba, porque ella al tener tanta violencia dentro, necesitaba otra cosa porque la mariuana solo la tranquilizaba y le hacía ver el mundo de otra manera más hermosa.
Muerta de hambre, salió por las calles en busca de algo que saciara su estómago. Allí en la parada del colectivo había un niño que se preparaba para ir al colegio. Tendría unos seis años... tenía, ya que se lo comió. Después de estar satisfecha y exitada por el recuerdo del Puma Rodríguez, decidió tomar un camino distinto: se hizo monja. Pero su adicción seguía, y empezó a fumar hostias con vino, así condujo al padre por el mal camino y luego de esto se convirtió, junto con su amigo, en personas que idolatraban al diablo.
Pero la profanación no terminaba allí; pronto la iglesia fue transformada en un templo de Satán, con guitarras eléctricas pegadas en el preciso lugar de cada cuadro que representaba las estaciones del via crucis, luces de neón en la entrada y en lugar de hacer cánticos religiosos en las misas, se pasaba música de heavy metal y satánica: entre los grupos figuraba el de Kin Diamond. Así, los fieles religiosos se convirtieron en fieles desastrosos y horrendos. Pero un día, algo hizo cambiar la tortilla de lugar, o mejor dicho, la dio vuelta. Resultó que Abigaíl (la niña), conoció a un pequeño niño llamado Andrés Gallardo!
Todo de él le llamaba la atención, especialmente su enorme nariz y su abundante cabellera. Resultó ser su héroe, su hombre bala. Pero Abigaíl tenía otras inteciones con Andrés, algo más que amistad y amor, quería que el sea su siervo...
Y así fue como en pequeño niñito debió sufrir cada día los latigazos de Abigaíl, la niña drogadicta. Lo maltrataba para todo, lo obligaba a meterse en los peores lugares para conseguir la merca. Era una máquina de hacer malvades, era Satanás en el cuerpo de la niñita. Así fue como Andrés, muy herido, se juntó con más de 500 mil personas en el pueblo de Venado Tuerto (pcia de Sta. Fe), para agarrarse de las manos y juntar fuerzas para parar la fuerza maleva que existía dentro de esa niña que parecía ser inocente, pero que en el fondo era más mala que la muerte.
Finalmente, estas fuerzas fueron en vano, pues los humanos agarrados de la mano no pueden cambiar el curso de las cosas. Lo que sucedió fue prevesible: Abigaíl poseída por el espíritu de Satanás mató a toda la población de Venado Tuerto, y al pequeñito Andrés. Más tarde convocó a los ángeles de las tinieblas y gobernaron el mundo. A partir de ese día, el mundo ha cambiado. Y según las mala slenguas, Abigaíl ha crecido y se ha cambiado el nombre por Cristina. Según las peores malas lenguas que no saben besar, hoy Abigaíl bajo su seudónimo, gobierna la república Argentina...

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