domingo, 7 de febrero de 2010

¿Cómo sabes que no es para mi si yo empiezo a temblar cuando cantas? No hay idioma del cual traducir lo que dice el colchón de tu cama. Me distraigo y te dejo salir, pero sé que a la noche te encanta! Y allá vas sonriendo por mi, perpetrando una nueva artimaña.
Si al fin es que te vas, te pido el sol del ocaso y que me dejes presenciar cuando otra bese tus labios.

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